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En algún rincón del mundo

Dublin

Dublin

Dublín es la capital de la República de Irlanda. Está ubicada cerca del centro de la costa este de la isla, en la desembocadura del río Liffey y en el centro del Condado de Dublín.


Es un buen momento para ir a Dublín, como turista, para estudiar o trabajar. Irlanda ha despegado económicamente en los últimos años, lo que ha convertido a Dublín en una ciudad dinámica, divertida y con muy buen ambiente.

 

A diferencia del resto del país, lleno de naturaleza y fantásticos paisajes, Dublín es una ciudad sin grandes monumentos, vistas o lugares de interés. Eso sí, sin duda es una de las ciudades con mejor ambiente y más vida de Europa, que no dejará indiferente a nadie que se anime a dar un paseo por sus calles.

Es una ciudad llena de vida, con calles comerciales en el centro abarrotadas de gente a todas horas y con un ambiente de pubs locales que es diferente al de todo el resto de Europa. La vida nocturna es animadísima.

Los vuelos baratos han hecho que Dublín, a dos horas de viaje de España, se haya convertido en un destino muy popular para los fines de semana. A eso tenemos que unir el gran número de albergues, casas de huéspedes y hoteles, para todos los gustos y bolsillos.

Además de para el turismo, Dublín se ha convertido en una de las mejores alternativas para salir a trabajar al extranjero y a aprender inglés. La situación económica hace que, de momento, muchas empresas multinacionales se hayan instalado allí, lo que hace que reclamen personal con conocimientos de español y aparezcan buenas oportunidades de trabajo.
Hay también muchas oportunidades para estudiar inglés. En la ciudad hay muchas escuelas y buenas oportunidades para quien quiera hacer un curso intensivo o unas clases continuas mientras se está trabajando. 
 


En San Patricio también es posible encontrar vendedores callejeros con artículos de recuerdo, sombreros o plantas de tréboles. Hay que recordar que es tradición llevar cosas de color verde o referentes a Irlanda.
 
La peatonal Grafton Street es la calle comercial por excelencia de la zona sur de Dublín y una de las calles europeas con mayor precio del metro cuadrado de superficie comercial. En ella están situadas, principalmente, cadenas de moda, tiendas de libros y discos y grandes almacenes bastante caros como M&S o Brown Thomas. Al comienzo de la calle, limitando con el Trinity College, sale hacia el sur Nassau Street, con algunas tiendas de artesanía y decoración locales. 


 
La capital de Irlanda es un mix de culturas: fundada por vikingos, desarrollada por los celtas, conquistada por los ingleses y reivindicada por los mismos irlandeses, la ciudad que fuera cuna de grandes escritores clásicos ha crecido y mejorado su aspecto a través del tiempo. Lejos de la “vieja y sucia”, muestra hoy en día un aspecto limpio y abierto al disfrute de los viajeros y dublineses.


La gastronomía irlandesa está repleta de excelentes productos, destacando el salmón, las ostras, el rodaballo y la langosta. Sus platos más conocidos son el stout, el coddle y el guisado irlandés, que acompañados por su pan integral elaborado de forma artesanal, sus quesos y sus vinos completan un excelente menú. Sin embargo, el gran número y variedad de los restaurantes de Dublín ofrecen la posibilidad de probar comidas exóticas, provenientes de lejanos lugares como Japón, India, Líbano o Tailandia.
 

Posiblemente sea la capital disfrutable de Europa; en invierno fría por fuera debido a su situación geográfica, pero muy cálida por dentro, mejora sus frutos según pasan los años. En verano se pueden recorrer sus maravillosos parques y disfrutar de lo mejor de la ciudad: su gente.



En cuanto a museos destacan dos sobre el resto: el Museo Nacional y la Galería Nacional.

El primero, inaugurado en 1890, hace un recorrido por la historia irlandesa desde la Prehistoria a la Independencia, con abundancia de piezas celtas y vikingas. Este museo cuenta con tres secciones, la de Antigüedades Irlandesas, Arte e Industria e Historia Natural. Sin embargo, es la sección de Antigüedades Irlandesas la que conserva las piezas más importantes. Por otro lado, la Galería Nacional es la mejor pinacoteca del país, con cuadros de Caravaggio, Rubens, Vermeer, Goya o Velázquez.
 
Dublín se caracteriza, tanto en el aspecto arquitectónico como en el religioso, por tener un gran número de iglesias y nada menos que tres catedrales: la Catedral Iglesia de Cristo, la Pro Cathedral y San Patricio.

La Catedral Iglesia de Cristo fue fundada en 1083 por el rey danés Sitric, y demolida y reconstruida por los normandos entre los siglos XII y XIII.
La Pro-Cathedral fue construida en el siglo XIX imitando varios templos, como la iglesia parisina de San Felipe du Roule o el Theseum de Atenas.
Pero la más simbólica de las tres catedrales es sin duda la dedicada al patrón de Irlanda,
San Patricio. El primer arzobispo anglo-normando, John Comyn, la fundó en 1191, añadiéndose la torre en el siglo XIV y la aguja en el siglo XVIII. Fue en el siglo XIV cuando la catedral albergó la sede de la universidad, hasta que ésta fuera suprimida por el rey Enrique VIII.

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