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En algún rincón del mundo

Alcalá de Henares, y sus ciudades hermanas

Alcalá de Henares

Talence

Peterborough

Lublin

San Diego

Alba Iulia

Guanajuato

Estas son las ciudades de las que hablaremos en detalle más adelante. Pero antes debemos explicar en profundidad qué es eso de los hermanamientos, sus funciones, consecuencias...

Los hermanamientos comenzaron en Europa en los años 50. Su objetivo era favorecer los intercambios de personas más allá de las fronteras. Desde entonces, los hermanamientos no han dejado de evolucionar. Sin embargo, es difícil encontrar en un solo lugar toda la información relativa a ellos.

El hermanamiento es el encuentro de dos municipios que deciden hacer pública su unión para actuar dentro de una perspectiva europea, para contrastar sus problemas y para desarrollar entre ellos unos lazos de amistad cada vez más estrechos. Estos son los primeros valores que entrañan los hermanamientos: la amistad, la cooperación y la comprensión entre los pueblos de Europa. Los hermanamientos son la expresión de la unidad y de la identidad europea. Representan, sin duda alguna, la forma más visible de la cooperación europea.

Los hermanamientos son, igualmente, flexibles y polivalentes. Se pueden crear entre municipios, comarcas, provincias… Pueden desarrollar una amplia gama de actividades e involucrar a gran número de personas de dos o más municipios.

Un buen hermanamiento puede aportar importantes beneficios a una localidad. Mediante el establecimiento de lazos estrechos entre los ciudadanos de diferentes regiones de Europa. Permiten compartir los problemas, intercambiar opiniones y descubrir diferentes puntos de vista sobre cuestiones de interés común. Dan la ocasión a que, por ejemplo, jóvenes de diferentes países se reúnan y aprendan a conocerse. Pueden también contribuir a una mejor comprensión de Europa, su razón de ser en el mundo actual y del mañana.

Numerosos ejemplos de buenas prácticas han demostrado la utilidad de los hermanamientos; en particular, en el ámbito del arte y la cultura, la juventud, la ciudadanía, el desarrollo sostenible, los servicios públicos locales, el desarrollo económico y social, la inclusión social, la solidaridad...

Los hermanamientos representan un compromiso a largo plazo entre los municipios, más allá de una simple colaboración para la ejecución de un proyecto a corto plazo. Están por encima de los cambios en la vida política local y las dificultades pasajeras que puedan afectar a uno u otro de los municipios. Además, permiten el mutuo apoyo en momentos de dificultad, como puede ser una catástrofe natural. Siendo un compromiso a largo plazo, el hermanamiento deber ser redefinido regularmente, sobre todo para adecuarlo a las necesidades presentes y asegurarle vitalidad y dinamismo.

Los hermanamientos requieren un doble compromiso: el de las autoridades locales y el de los ciudadanos. En otras palabras, sin una activa participación de los ciudadanos, el hermanamiento no puede tener éxito. Este doble compromiso necesita, a veces, la creación de un comité de hermanamiento que actúe de interlocutor entre los ciudadanos y el ayuntamiento.

 

Orientaciones para asegurar un buen resultado:

1. Encontrar un hermano. Esta es la primera condición, sin lugar a dudas. En la mayoría de los casos el municipio ideal debería tener similitudes con su localidad, en términos de número de habitantes, ubicación geográfica, actividades económicas, tejido social o situación medioambiental. Es recomendable tomarse el tiempo necesario para dialogar con su potencial municipio hermano con el fin de asegurar que comparten los mismos objetivos y puntos de vista con respecto al hermanamiento.

2. Implicar a la población. No puede haber un hermanamiento sin la participación activa de los ciudadanos de los municipios afectados. Los cargos electos y los funcionarios municipales son a menudo el motor del proyecto, pero un hermanamiento no puede limitarse a contactos entre ellos. Los colegios, clubes deportivos y asociaciones deben tener un papel activo. Además, el hermanamiento debe tener visibilidad para que los ciudadanos se sientan involucrados. Los carteles a la entrada del municipio o del ayuntamiento, los artículos en Internet o en el periódico local pueden contribuir a sensibilizar a la población. Hay que procurar, asimismo, que sea bien comprendido el espíritu del hermanamiento; para ello, es importante explicar muy bien el impacto y los beneficios que el hermanamiento puede aportar.

3. Darle una dimensión europea. Dentro de la Unión Europea un buen hermanamiento debe, idealmente, contribuir a fortalecer una ciudadanía europea activa creando lazos entre los ciudadanos y contribuyendo a forjar una identidad europea. De hecho, los hermanamientos permiten a los ciudadanos descubrir el modo de vida de sus vecinos, debatir problemas que les conciernen y descubrir nuevas culturas y lenguas; de esta manera, nos enseñan que todos compartimos los mismos valores.

4. Definir unos objetivos comunes. La primera pregunta que se debería plantear siempre es ¿Qué esperamos conseguir de este hermanamiento? Conviene definir con el municipio hermano unos objetivos claros, el tipo de actividades a desarrollar, y en la medida de lo posible, fijarse unos plazos para evaluar los progresos alcanzados. Revisar periódicamente los objetivos y logros conseguidos permite asegurar que todos comparten las mismas prioridades en el hermanamiento.

5. Crear una estructura de apoyo. Con el tiempo, el hermanamiento se puede debilitar. Un equipo pequeño, pero activo debe, en cada una de las ciudades hermanadas, mantener los contactos, desarrollar los proyectos, buscar la financiación... Este "motor" del hermanamiento puede adoptar la forma de un comité de hermanamiento; es decir, una estructura asociativa en la que participan el ayuntamiento y el conjunto de las asociaciones del municipio.

6. Trabajar con los colegios y los jóvenes. Hay muchas maneras de hacer participar a los colegios en un hermanamiento. Los intercambios entre alumnos constituyen, muy a menudo, una de las principales actividades del hermanamiento, y pueden incitar a los estudiantes a aprender el idioma del municipio hermano. Estas actividades implican a gran parte del municipio: a los padres, personal escolar, asociaciones de alumnos, etc.

7. Abordar los retos de nuestra época. Las actividades desarrolladas en el marco de los hermanamientos pueden hacer reflexionar a los ciudadanos, en especial a los más jóvenes, sobre los grandes retos de nuestra época. Muchas acciones giran alrededor de temas de medioambiente, el futuro de Europa, los derechos humanos, la paz, la inclusión social o el fútbol y los deportes.

8. Trabajar a largo plazo. Un buen hermanamiento debe resistir el paso del tiempo y no depender de los cambios de mayorías políticas en los ayuntamientos. A lo largo de los años, los ciudadanos de las dos localidades aprenderán a tejer fuertes lazos de amistad y solidaridad. Sólo una larga amistad permite a un municipio contar con el otro en caso de necesidad.

9. Crear una base para futuros intercambios. Un hermanamiento consolidado puede ser el marco ideal para desarrollar una cooperación técnica. El intercambio de experiencias y la reflexión conjunta sobre asuntos específicos facilita descubrir soluciones comunes.

10. Establecer el presupuesto. Las cuestiones económicas no se deben olvidar. Toda colaboración internacional tiene un impacto económico, por lo que puede ser muy útil asignar un presupuesto anual, aunque sea modesto. Además, la asociación local de hermanamiento puede buscar medios de financiación suplementarios, lo cual va a beneficiar a toda la población.

 

 

En la actualidad, la Unión Europea apoya los proyectos de hermanamiento de ciudades. El apoyo oficial fue establecido formalmente en 1989. En 2003 se planificó un presupuesto de alrededor de 12 millones de euros anuales para financiar 1.300 proyectos de hermanamiento.

Actualmente existen muchas instituciones que tienen como principal objetivo fomentar el hermanamiento de ciudades, buscando en este hecho una reducción de los riesgos de guerra y sobre todo la realización de vínculos culturales.

 

Pese a que muchas ciudades de la capital madrileña están hermandas con diferentes rinconces del mundo, hemos escogido a Alcalá de Henares por ser una de las que más hermanamientos posee con el exterior.

 

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